lunes, 16 de diciembre de 2013

VIOLENCIA DE GÉNERO



Los hombres no son agresivos por naturaleza, aprenden a ser violentos. Las exageradas y escalofriantes cifras de mujeres que mueren a manos de sus maridos, son el resultado de cómo nuestra sociedad esta enseñando a los niños a expresar que las mujeres somos el sexo débil y ellos son los “MACHOS DOMINANTES”.

En el año 2009, el Ministerio de Sanidad de Canarias hace saber que hubo 531 agresiones sexuales. Y solo tenemos que retroceder la vista 16 años atrás, a 1997, para comprobar que, aunque también existían las agresiones, el número de mujeres  agredidas era un 20% menos. Muchas mujeres, sufren estos tipos de acosos, pero no todas tienen la fuerza como para denunciar; ya que tienen un gran miedo, por lo que muchas deciden callar y seguir sufriendo. Tal vez, lo hacen porque tienen hijos en común con sus maltratadores y prefieren seguir cargando ellas con esta situación, antes de que los niños se den cuenta de lo que en realidad está pasando en sus casa; sí en su casa,  porque una familia que esté sometida a este tema, que se ha puesto últimamente tan de moda, no siente que vive en un hogar, rodeada de gente a la que quiere y los quieren, sino en una casa, en una estructura de bloques y cemento donde la  convivencia es cada vez más dura. Pero en el año 2011 un 85.7% de las mujeres, dieron el gran paso a poner una denuncia en contra de sus maridos. Muchos hombres, porque no merecen el calificativo de seres humanos, agredieron en 2012 a 517.000 niñas con la excusa de que lo hacían para “hacer sufrir a sus madres”. A día 8/10/2013, han muerto 43 mujeres a manos de sus parejas, 43 mujeres  que quizás llevaban mucho tiempo siendo agredidas y ocultando la situación que estaban viviendo, hasta que llegó el día en el que sus maltratadores quisieron que dejaran de “sufrir”. Isaac Asimov, escritor y bioquímico soviético, conocido por ser autor de obras de ciencia ficción, historia y divulgación científica, reconoció que “la violencia es el último recurso del incompetente”. Y así es, la persona que soluciona los problemas por la fuerza, es porque no tiene la capacidad mental para  hacerlo por otros medios. 

Todo lo nombrado anteriormente, no es para que lo leamos y se nos escapen algunas lágrimas. Es para que nos concienciemos de lo que esta pasando alrededor nuestro, y, aunque parezca mentira, más cerca de lo que creemos. Cada vez que escuchamos una noticia de este tipo en los informativos, lo relacionamos con países del tercer mundo, donde las mujeres están infravaloradas, casi son “trapos” a los que usan y tiran. Pero no, esto está pasando es nuestro país, en nuestra comunidad autónoma, en nuestra isla, en nuestro municipio, incluso puede darse el caso de que este pasando en nuestra misma calle. Por ese motivo debemos empezar a inculcarle a los niños que todos somos iguales, que no por ser mujer eres menos, ni por ser hombre debes creerte más. 

                                                MARIELA REYES RODRÍGUEZ, 4º A

miércoles, 30 de octubre de 2013

LA "EVOLUCIÓN" DEL HOMBRE



Con los años, el ser humano ha “evolucionado” mucho, pero no en todos los aspectos. Me remito al caso de América para explicar lo que está pasando en el mundo.
Al inicio de la humanidad, éramos “australopithecus robustus”, hoy en día “homos sapiens sapiens”, en los más de cinco millones de años que han transcurrido, solo hemos transformado algunos aspectos de nuestra vida. Por ejemplo, las herramientas que usamos en la actualidad, no tienen nada que ver con las de nuestros antepasados, ni nuestras armas, nuestra sanidad, y mucho menos nuestra educación… Todo lo nombrado anteriormente, ha sufrido grandes cambios, pero el ser humano no lo ha hecho tanto.
¡Vale!, nuestra forma de pensar, ha estado sometida a grandes avances desde la aparición del primer “hombre”, hasta la actualidad. Pero nuestra manera de alimentarnos, va cada vez a peor. Esto se debe a la famosa “fast food” que estamos consumiendo cada vez más. Ya sea por falta de tiempo para cocinar, o por simple comodidad.
Si la sociedad sigue alimentándose así, no vamos a llegar a nada bueno: subirán aún más los índices de obesidad y colesterol en el mundo, ¡y no será precisamente beneficioso para la salud!
Tenemos que hacer algo para cambiar la forma de vida que llevamos, y si nos lo proponemos, lo conseguiremos.
Ya no vale la antigua y típica excusa de “no sé cocinar” o “vivo solo en casa y no voy a preparar comida para mí solo/a”. Aunque nos cueste más tiempo coger un caldero y hacerla, debemos pensar en nuestra salud, hoy perderemos tiempo cocinando, pero si seguimos en esta línea consumiendo “comida basura”, llegará el momento de que perdamos, por duro que parezca, la vida.

                                                                        Mariela Reyes Rodríguez. 4ºA

lunes, 14 de octubre de 2013

UNA INJUSTICIA QUE ¿SIGUE SUCEDIENDO? por PACO ILLADA GARCÍA

Esta imagen describe el paso del ser humano, desde el simio a la actualidad. Justo debajo se ve el dibujo de una mujer que, reiteradamente, sigue a cuatro pataS, fregando el piso. Ha sucedido desde el primate, cuando se dividen las tareas de caza  y casa, donde la mujer se encarga de cuidar a los hijos, hacer la comida y limpiar. Aunque en esta época estaba bien justificado, teniendo en cuenta el físico y el entorno; la evolución de nuestra vida y de cómo vivirla ha cambiado dando lugar a modificaciones en nuestra forma de vivir.
Pero el machismo de los hombres y el estereotipo femenino han impedido que su trabajo sea hoy el mismo. Al verlo de otro modo, los valores son distintos en gran parte del planeta. Sigue habiendo lugares en los que la mujer no se valora en absoluto, situación que favorecen las religiones, las notables diferencias de sueldo en sectores como el hostelero y por último, el ejemplo de que jamás haya habido en España una mujer presidenta del Gobierno.
Se puede comparar y sumar  este tema al racismo, la homosexualidad.... que han involucionado la forma de pensar de la sociedad, han dejado la figura del hombre serio, fuerte, que no respeta a otras personas distintas a él...Es necesario que estas ideas se rompan, dando lugar a personas más libres. Hoy en día, siguen existiendo comportamientos similares, pero en menor medida y bajando. Se debería globalizar la raza humana, no al hombre, y que cada persona pudiera ser como es, dando libertad, respeto, de forma general e igualitaria.

MEJOREMOS NUESTRA VIDA

AINOA DOBLE NOS DA UNOS CONSEJOS, TAN SIMPÁTICOS COMO ÚTILES, PARA VIVIR MEJOR

sábado, 5 de octubre de 2013

LAMPEDUSA ME LO HACE RECORDAR...

Otra tragedia de emigrantes y mar... En su muerte no hay costumbre, nadie se acostumbra al dolor y al horror. La tragedia me hga recordado una experiencia y un texto que escribí en el 2009:

NIÑOS INDIGNOS

Caprichos del mar. Nos gusta celebrar que pertenecemos a un gupo, que nos sentimos felices, y entonces nos levantamos "haciendo la ola". Pero ya no resulta tan gracioso cuando la ola es real y te revuelca por la orilla, o es mucho mayor y mueve, zarandea, golpea el barco en el que viajas de una isla a otra. El salitre salpica las ventanas. El horizonte es de distintos tonos de blanco y azul, solo puedes distinguir en el paisaje el que, ese mismo horizonte recto, se torna por unos segundos una pendiente de inclinación de 60º a la izquierda... y ahora, de inclinación a la derecha,... izquierda... ¡Qué quieres que te diga!, digna de ser analizada geométricamente como un buen señor triángulo rectángulo, con sus hipotenusas y todo. Un grito general de sorpresa. Caras que se tornan entre amarillentas y verduzcas, y la premonición de un viaje movido, no en sí por las olas, sino porque los chavales que te acompañan terminarán echando hasta el menú de su primera comunión (y te acuerdas, jejeje, del profesor que dijo que con cinco viajaba cualquiera). En ese momento, cada sobre esfuerzo es un ahorro, así que hablamos, mucho, respiramos, despacio, nos distraemos, pensamos, en voz alta. "Si nosotros nos movemos, -comentó mi dulce Isaí- ¿¡cómo será para los que vienen en esos cayucos desde tan lejos, todos juntos, sin agua ni comida?!" En esos instantes, tan luminosos, solo me queda celebrar su comentario, lo que hago, lo que persigo y la recompensa que estoy recibiendo.

Isaí no tiene más que catorce años. Es un niño normal y corriente de un barrio humilde. Viaja conmigo, porque hemos participado del XIV Encuentro Regional de la Red de Escuelas Solidarias. Para él y sus cuatro compañeros, supone el primer año, la primera vez, su primer viaje de este tipo. Después de un año de esfuerzos, representan nuestra labor de centro ante otros chicos como ellos, y participan de sus juegos, de los conciertos y las nuevas amistades. En pocas palabras: más de 200 personas hemos comido, cantado, bailado, vivido, ¡no-dormido en un pabellón!... durante 72 incomparables horas. Pero, también, hemos aprendido y nos hemos concienciado de la realidad y de nuestra co-responsabilidad en ella, en lo que sucede. Isaí es la prueba.

Su comentario, presupongo, y creo que con acierto, viene dado por la conferencia que escuchó de manos y voz de Yaye Bayam. Esta maravillosa mujer es la presidenta y fundadora de la Asociacion de Mujeres Víctimas de la Emigración Clandestina, creada en 2006, para evitar que el éxodo masivo de emigrantes, y sus terribles consecuencias, se sigan dando. Ella es una senegalesa que sufrió el que su hijo falleciese en el mar, a consecuencia de la hipnosis que, las mafias y la desinformación televisiva traída desde Europa, les hace padecer erróneamente. Desde entonces, se dedica, a costa de poner en peligro su vida, a denunciar las posibles salidas de emigrantes por mar y a quiénes las están organizando. Teniendo presente que una de estas salidas puede suponer para un mafioso un beneficio de 150.000 euros jugosos, no es de extrañar que su cuello tenga un alto precio, pero ella no pierde nada, ya perdió a su hijo, ahora lo único que le resta es ganar vidas para evitar que otros pasen por ese trance. Ella me recuerda, nos recuerda para qué estamos aquí, en qué consiste nuestra misión y nuestro trabajo: te enseñaré lo que sé y lo que he vivido, para poder aliviar tu camino. Y grava en mi mente y mi corazón: solo el amor es infinito.

Yaye Bayan vive en un pueblo en el que, estadísticamente, podemos contar un muerto de mar por cada 30 metros de superficie. Los han perdido a centenares. Pero, si los muertos descansan bajo la espuma, los vivos no saben cómo vivir. En su sociedad, pueblo de marinos, las mujeres dejan de ir a pescar. Ya no se acercan al mar, huyen de él porque las olas dibujan el rostro suplicante de sus hijos y el salitre se transforma en lágrimas de sus almas. Por eso, se alejan de la tumba azul, y pierden su medio de subsitencia, por eso su sociedad las rechaza y las considera indignas. Los niños huérfanos del pueblo, los hijos de los fantasmas del agua, no van al colegio, porque no tienen padre que lo costee, no van calzados, ni bien vestidos, no son alimentados como es debido, no son aceptados; solo el que tiene alguien en Europa que manda dinero es bien mirado. A sus padres se los tragó el mar, ellos son niños indignos. Niños indignos con una sola y única posibilidad de salir adelante, una meta: crecer, crecer rápido, contra el tiempo y natura, para poder pedir un préstamo que endeude a su familia y meterse en uno de esos cayucos de la muerte para intentar acceder a la Europa prometida y recuperar la dignidad o perder la vida.

Para y por ellos trabaja Yaye, para intentar darles otra alternativa, una formación y un trabajo. Nosotros, desde nuestras pequeñas posibilidades y nuestro discreto proyecto, la ayudaremos y nos estaremos ayudando.

Participo de la responsabilidad de esas muertes y de su pobreza, pertenezco a la sociedad que se nutre de ellos y de su materia. Es mi deber devolverles parte de lo robado sin piedad, ellos me lo pagarán bien: retornándome la conciencia, ayudándome en mi labor docente, permitiendo que mis chicos accedan al mundo, convirtiéndose, poco a poco, en hombres de futuro, con juicio propio y capacidad de compromiso para los suyos y los no tan suyos.

En esos instantes de olas y atisbos de mareos, seguimos pensando y hablando. Mi cabeza puso en movimiento sus engranajes: niños indignos, buen título para un post, fue un primer pensamiento. Los que no llegan... ¿dónde estarán? fue el que le siguió.

¿Dónde se esconde todo lo que partió sin llegar: dónde los besos, los proyectos, las palabras,...? ¿Existe una especie de limbo para todo aquello que no logró su meta? ¿conviven allí mis besos con esos pobres hombres que contemplan ahora con mayor dolor su fracaso? ¿qué será de toda esa fuerza, de esa energía, de los sentimientos truncados? ¿son el mar, son su furia, son mis fantasmas de espuma? Y suspiro...
Lo más curioso de todo esto es que yo puedo cambiar el mundo. Puedo, poniendo en marcha el primer eslabón de la cadena y contando con que otros me seguirán. Un día, puse en marcha un juego de abrazos en mi trabajo. Di los dos primeros y pedí que se continuase. Dos días después, seguían recibiéndose dichos abrazos, para mi sorpresa. Piensa; solo tienes que contribuir con una semilla a la espera de que dé frutos y crezca. Ten por seguro que lo hará. Y no, no te arrugues de forma escéptica y oscura, ni tan siquiera a ti te pega esa reacción. Mejor plantéate: ¿estoy viviendo lo que quiero vivir? ¿cuál es mi papel en la vida? ¿cómo contribuiré en esta historia de hombres, en mi propia historia? ¿cuál es mi legado, cómo dejare huella ? ¿cuál es mi herencia?¿qué es lo que de verdad quiero dejar a los míos y a los que vendrán?

¡Santo cielo!, ¡qué claras tengo las cosas a este respecto!: amor, dar amor, creer en el amor, tansmitir que el amor no tiene límites, es lo único que puedo dar a todos sin quitar a nadie. Puedo dedicarme a dar de ese amor que conoce cientos de miles de sinónimos y se puede llevar a todos los terrenos de la vida. ¡Gracias!, gracias por permitírmelo, por recordármelo, por hacerme de nuevo consciente de que, en mi pequeño mundo, no puede existir otra lección de vida. Y que queden como indignos solo aquéllos que leyendo este mensaje permanecen impasibles ante cualquiera de sus mensajes.
 
RITA